Este hombre afortunado compró una casa en ruinas y descubrió una piscina en el patio. Ahora la propiedad vale diez veces más.
Y en noticias que quisiéramos que nos pasaran a todos, un hombre compró una casa en ruinas y descubrió una sorpresa en el jardín.
Se trata de John Reynolds, un enfermero de Texas, Estados Unidos, quien decidió comprar una casa de tres habitaciones que estaba a punto de demolerse y que tenía un precio de casi 20 mil dólares, esto según el diario Metro.cu.uk. Pero nuestro protagonista de la historia no imaginaba lo que sucedería.
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La casa estaba en mal estado y Reynolds solo buscaba arreglar la vivienda para después ponerla en venta nuevamente y así sacar parte de lo invertido en la compra. El ahora dueño explica que habían montones de basura y mucha maleza y escombros que cubrían todo el jardín. Pero, luego de una tormenta la trama de la historia sufrió un giro de 180 grados.
Resulta que una fuerte tormenta se presentó en la zona y la lluvia despejó parte de la tierra, dejando al descubierto una alberca de casi 10 metros de largo por 5 de ancho
“Antes había visto un poco del borde de concreto, pero pensé que era parte del patio o macizos de flores. Había tanto que hacer con la casa. Esa pequeña área era mi última preocupación, aunque noté que siempre estaba pantanosa a pesar de que no habíamos tenido lluvias durante semanas”, comentó John Reynolds.
Luego de que la tormenta cayera sobre la zona, una vecina llamó a John para avisarle sobre la novedad en su patio: “Me preguntó si había visto la piscina. Le dije: “No sé de qué hablas, no tengo piscina” y ella dijo: ‘Sí, la tienes’. Cuando me acerqué, se podían ver los azulejos del borde. Estaba en shock. Pensé ‘ya sea que viva aquí o venda la casa, no puedo dejarla así'”.
Ya han pasado 18 meses desde aquel afortunado descubrimiento. Reynolds se encargó de limpiar, reparar y remodelar la casa y ahora luce bastante diferente. Y lo mejor de todo es que pasó de un valor de 20 mil a 219 mil dólares. ¡Vaya sorpresa para el texano!
“Siento como si hubiera tropezado con un billete de lotería ganador. Ni en un millón de años cuando compré la propiedad pensé que estaría nadando en mi propia piscina”.
Y así es la historia que nos enseña que no todo lo que brilla es oro, pero que también puede estar escondido en forma de una casa en ruinas con piscina en el jardín.
