La calle Manzanares número 25, en la colonia La Merced en el Centro Histórico de la capital, es el domicilio de la Casa más antigua de la CDMX
La mancha urbana en la capital chilanga parece no detenerse nunca. A pesar de esto de que todos quieren construir nuevos edificios, escuelas, oficinas y más, en pleno corazón de la CDMX se encuentra la Casa más antigua de todas, con más de 400 años de existencia.
¿Sabías que existía una casa tan antigua en la Ciudad de México? Nosotros no. De acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), esta vieja vivienda es la única sobreviviente de la arquitectura del siglo XVI de la capital virreinal.
La Casa más antigua de la CDMX es uno de los más grandes descubrimientos arquitectónicos de la capital. el inmueble esta ubicado en la calle de Manzanares 25 en colonia La Merced, en el Centro Histórico de la capital chilanga.
Pero para entender mejor esta historia vayamos al 2005, cuando el Fideicomiso del Centro Histórico y el INAH expropiaron cerca de 100 edificios para investigarlos, resguardarlos y restaurarlos. Entre todos esos terrenos, predios y construcciones se encontraba el inmueble en la calle Manzanares número 25, que se usaba como casa/vecindad.
Pero fue hasta 2009 que los primeros estudios del INAH revelaron un gran secreto. Descubrieron que te lugar sería la Casa más antigua de la CMDX, por lo que se inició un proceso de restauración y acondicionamiento para convertirlo posteriormente en un centro cultural.
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No fue nada fácil lograr una restauración exitosa, sobre todo la fachada tan deteriorada y el interior todavía más, con los techos y paredes caídas, además de que todo estaba invadido por hierbas.
Se cree que esta casa sirvió como vivienda a una familia indígena. Se estima que se construyó entre 1580 y 1590, en el siglo XVI. Esta edificada con piedra, tezontle, cantera y estuco. Cuenta con 15 habitaciones alrededor de un patio central, un rasgo arquitectónico muy característico de esa época.
Después de ocho años de restauración, en diciembre del 2018 el INAH publicó que esta casa se había convertido en un “centro cultural para la zona marginada del Centro Histórico”.
Gracias a esto, ahora niñas, niños y adultos La Merced, Tepito y Candelaria pueden tomar clases y talleres de cocina, dibujo y muchos más.