Alguna vez te has preguntado ¿por qué necesitamos sufrir mientras hacemos ejercicio?
‘Si no duele no sirve’, ‘sin dolor no hay ganancia’ y muchas frases más son las que suelen decirnos algunos de los entrenadores personales mientras hacemos ejercicio.
Y esos dolores musculares al día siguiente son el recordatorio perfecto del ejercicio que hicimos en el gimnasio.
Esta situación se vuelve tan común que incluso podemos llegar a dudar de nuestra condición física si en cierto momento no nos duele el cuerpo mientras corremos, saltamos o levantamos pesas. ¿Será que no hicimos bien la rutina?
Lo cierto es que cuando se hace alguna actividad deportiva esto implica un gran esfuerzo físico y mental y en cierta forma el dolor es inevitable.
La cuestión está es saber cuándo se trata de un dolor del buenoy del malo.
¿Por qué necesitamos sufrir mientras hacemos ejercicio?
De acuerdo a un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se descubrió que la amígdala basolateral (asociada al dolor y al miedo) y el núcleo accumbens (asociado a los al placer y recompensa) están interconectados.
Esto significa que después de generar cierto dolor y estrés mientras se hace ejercicio hay una liberación de dopamina, endorfinas, sustancias que nos hacen sentir felices y ayudan a nuestro estado emocional.
En pocas palabras este estudio demostró que en cierta manera necesitamos sufrir mientras hacemos ejercicio para sentir después un estado de bienestar.
Por ese motivo se considera al ejercicio como el perfecto antidepresivo y relajante natural.
Además el ejercicio ha demostrado que combinado con una dieta balanceada puede ayudar a prevenir infinidad de enfermedades físicas y mentales como por ejemplo el Alzheimer.
Así que esta es solo una razón más para empezar a comenzar una vida más activa y saludable. Hacer deporte diariamente traerá grandes beneficios a tu vida. ¡¿Qué estás esperando?!
