Diversos estudios han comprobado que la terapia hortícola ayuda y trae múltiples beneficios a la salud
Hoy en día la terapia hortícola ofrece grandes beneficios a la salud. Se emplea en escuelas, empresas y hospitales y todas estas actividades son supervisados por un terapeuta calificado.
De hecho en Reino Unido desde 1936 es considerada la terapia hortícola se reconoce su como tratamiento alternativo para enfermedades físicas, emocionales y psicológicas.
Entre los beneficios que se obtienen al practicar esta terapia se encuentran:
- Aumentar el sentido de la responsabilidad
- Mejora el sentimiento de empatía
- Integra el aprendizaje de habilidades básicas
- Mejora el funcionamiento físico y cognitivo
- Ayuda a adquirir habilidades sociales
- Disminuye el estrés y la depresión
- Mejora la concentración y la memoria
- Trabaja la disciplina y la paciencia
Terapia hortícola y sus beneficios a la salud
La terapia hortícola consiste en crear espacios para que las personas diseñen sus propios jardines o huertos caseros a la par que se estimula el contacto social a través de pláticas, talleres, conferencias y recorridos guiados.
Por otro lado, la convivencia de los pacientes con la naturaleza les aporta grandes beneficios a nivel social y emocional.
Este tipo de terapias son muy utilizadas en Irlanda, Alemania, Canadá o Estados Unidos.
¿Cómo es una terapia hortícola?
Es importante señalar que aunque a simple vista la terapia hortícola consiste en cuidar un huerto casero siempre es supervisada por un especialista.
El terapeuta debe tener una especialidad para realizar tratamientos físicos y psicológicos, para ayudar a personas con discapacidad, trastornos psicosociales, etc. Todo lo anterior mientras implementa actividades de jardinería, agricultura, paisajismo y educación ambiental. Como se puede ver, no es tan fácil como puede parecer a simple vista.
Además antes de pasar a una terapia hortícola, el terapeuta debe hacer una entrevista con el paciente y con sus familiares cercanos, para evaluar su caso y el tratamiento que se considere adecuado.
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La ventaja con la terapia hortícola es el ambiente amigable que ofrece, por ejemplo una persona con depresión se sentirá mejor en un vivero rodeado de flores y plantas aromáticas que en un hospital desinfectado con aromas nada agradables.
En un ambiente más acogedor es más fácil que los pacientes se relajen, fluyan y empiecen a trabajar sus emociones de la mano de un especialista.
Por otro lado las personas con alguna discapacidad física y que necesitan trabajar su cuerpo, pueden sentirse más cómodas sintiendo la textura de la tierra y las flores que los materiales de nylon o plástico que se usarían en un consultorio habitual.
Esta alternativa de terapia natural ofrece a los pacientes y a los médicos a explorar nuevas formas de tratamientos a la par que ayuda al planeta y a recrear más espacios verdes en las ciudades.