Si te quieres armar una ruta para conocer en dónde están los altares en honor a la Santa Muerte en la CDMX, aquí te lo decimos
En la CDMX es muy común encontrar altares para dar culto a diferentes religiones, y en diferentes calles se puede ver figuras con enormes vitrinas adornadas con flores.
Algunos de estos altares pueden ser para vírgenes y santos que hacen alusión al cristianismo o también se pueden encontrar altares dedicados a la Flaquita, la Niña Blanca, la Santa, la Patrona, la Señora o la Madrina, uno de los muchos nombres con los que se le conoce a la Santa Muerte.
El origen de la devoción a la Santa Muerte no es muy claro, pero algunos historiadores y creyentes piensan que fueron Veracruz, Guanajuato, Querétaro, Zacatecas, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Chiapas, los primeros estados del país en el que empezó la devoción a la Niña Blanca.
Te decimos dónde están los altares de la Santa Muerte en la CDMX
Uno de los altares más concurridos, se ubica en Alfarería #12 en Tepito. Fue Enriqueta Romero la primera en colocar abiertamente un altar fuera de su hogar, y rápidamente varios fieles empezaron a llegar y a llenar de flores y otros regalos el altar a la Santa Muerte.
Tepito, la Guerrero y la Merced, son solo algunos de los lugares en dónde hay una mayor concentraciones de devotos a la Patrona.
En la calle de Nicolás Bravo en el número 35 se encuentra una capilla dedicada a la Niña Blanca y dependiendo de las necesidades se ofrecen misas. Entre los regalos se pueden encontrar dulces, frutas, flores y escapularios.
La calle de Arteaga, en la Guerreo también hay otro altar dedicado a la Santa Muerte y en la Doctores hay otro altar, solo que aquí conviven el conocido el santo Jesús Malverde conocido como el Santo de los Narcos y a su lado una figura de la Flaquita.
Y aunque ambas figuras están en un solo lugar, se les rinde un culto diferente. A la Santa Muerte se le reza el 1 y el 15 de cada mes mientras que al Santo de los Narcos cada 3 y 17.
Aunque hoy en día hay muchos altares en honor a la Santa Muerte, el más grande se encuentra en el Estado de México, específicamente en Tultitlan en dónde se encuentra una figura de 22 metros de altura.
Con información de Pavel M. Gaona para Chilango.