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    Chicomecóatl, la “Diosa del Maíz” que nos regaló la tortilla

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    Considerada la “Diosa del Maíz”, Chicomecóatl ofreció a los humanos la primer tortilla del mundo, la base de la amada gastronomía mexicana

    En el México antiguo, antes de la conquista, los hombres y mujeres adoraban a diferentes deidades, a quienes creían sus creadores, guías y protectores en este mundo. La mujer jugaba un rol muy importante entre las figuras divinas, en este caso en la agricultura y en la sociedad por su relación con la alimentación y el maíz.

    Chicomecoátl, era conocida como la Diosa del Maíz o “Siete Serpiente”, deidad que según la leyenda, regaló a los humanos la primera tortilla, base de la gastronomía mexicana. También se le conocía como Chicomolotzin, “Siete Mazorcas”

    Chicomecoátl era una hermosa diosa proveedora de las buenas cosechas, llamada Señora de Nuestro Diario Sustento o Diosa de los Mantenimientos. Su cabeza estaba adornada con una diadema de papel, mientras que un mano traía un manojo de mazorcas y en la otra una rodela con una flor de sol.

    Es considerada también la parte femenina de Centéotl, Dios del Maíz y Patrón de la ebriedad. La morada de la Diosa del Máiz era el Tamoanchan, Lugar del Descendimiento.

    Chicomecóatl, la “Diosa del Maíz”

    La mitología prehispánica dice que en la época de los primeros elotes, se festejaba a Chicomecóatl junto con Toci, Diosa madre de la Tierra. Cuando las cosechas pasaban y llegaba el invierno, la Diosa del Maíz era equiparada a Ilamatecuhtli, la “Señora Vieja” y Diosa Anciana de la Tierra.

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    Chicomecóatl formaba una tríada con las diosas Chalchiuhtlicue, Patrona del agua de las fuentes y lagunas, y Huixtocíhuatl, Diosa de la sal y de la fertilidad del mar. De acuerdo a México Desconocido, Siete Serpiente estaba casada con Tezcatlipoca y su culto se centraba en el mes Huei tozoztli (septiembre).

    En todo el mes, los altares de las casas eran adornados con plantas de maíz y en los templos se bendecían las semillas.

    El culto a Chicomecóatl se hacía en septiembre

    Para obtener la protección y bendición de la Diosa del Maíz, los mexicas le ofrecían en sacrificio una joven decapitada que representaba a la deidad. Durante las festividades del culto a Chicomecóatl, los aztecas le dedicaban muchas ofrendas de alimentos, los cuales colocaban a los pies de los dioses particulares de las casas y templos.

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