¿Sabías que el chicle que mascamos hoy, tiene su origen en la cultura Maya? La goma de mascar nació gracias a esta increíble civilización
Si de niño no te dijeron que si te comías un chicle se te pegaría el estómago, no tuviste infancia. Cuantas veces no masticamos infinidad de veces un pedazo de goma hasta exprimir su ultima gota de sabor. Pero sabías que el chicle tiene su origen en la cultura Maya.
Las clases de historia dicen que en la antigua Grecia, Egipto e incluso en la prehistoria ya se mascaban resinas de árboles y plantas con propiedades medicinales. Pero el origen del chicle moderno nació en las selvas del sureste Mexicano y el norte de Centroamérica, en la región cuna de los Mayas.
Para ser más específicos, su origen se remonta a la región conocida como el Gran Petén, donde hace más de dos mil años floreció la cultura Maya.
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Los Mayas llamaban a esta goma “sicte”, que proviene del vocablo maya sicté ya’, que significa masticar con la boca. La utilizaban para limpiarse la boca antes de las ceremonias, quitar la sed en épocas de sequía y aumentar la salivación. Además, usaban la goma de chicle para comerciar con otros pueblos mesoamericanos.
Con el tiempo, su uso y consumo llegó a los aztecas bajo el nombre de “tzictli” (que significa pegar), para después ser adaptado a la lengua española como “chicle”.
Fueron precisamente los aztecas quienes comenzaron la recolección de la savia del chicozapote, uno de los árboles más abundantes de la zona. Para conseguirlo hacían incisiones en zig-zag sobre su corteza para que ésta fluyera hacia los recipientes colocados en la base del árbol.
Tras un proceso de secado se obtenía una goma masticable que usaban para limpiarse los dientes y la boca o para inhibir el hambre en sus rituales de ayuno.
Ahora la mayoría de los chicles son de goma de mascar sintética, por ser más barata. Aunque el sabor es más intenso y la elasticidad permite hacer burbujas más fácil, su calidad es más baja que el chicle tradicional.