The Economist catalogó al Presidente AMLO como un “Falso Mesías” a quien los votantes deberían frenar por estar hambriento de poder
El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) representa un riesgo para la democracia en México, es un “Falso Mesías” hambriento de poder, afirmó la revista The Economist. La publicación semanal en lengua inglesa, con sede en Londres, puso al mandatario mexicano en la porta de su próxima edición que se publicará mañana.
En el texto, el medio cuestiona el que el mandatario se califique a sí mismo como defensor de la democracia. De acuerdo a su propio sitio, The Economist señala que “en un mundo plagado de populistas autoritarios, el Presidente de México de alguna manera ha escapado del centro de atención.

Los liberales condenan furiosamente la erosión de las normas democráticas bajo Viktor Orban de Hungría, Narendra Modi de India y Jair Bolsonaro de Brasil, pero apenas notan a Andrés Manuel López Obrador”.
La publicación hace énfasis en la estrategia del político tabasqueño. Para ellos su secreto esta en que carece de algunos de los vicios de sus pares populistas. “No se burla de los homosexuales, no golpea a los musulmanes ni incita a sus seguidores a incendiar el Amazonas. Para su crédito, habla en voz alta y, a menudo, en nombre de los que no tienen dinero en México, y no es personalmente corrupto. Sin embargo, es un peligro para la democracia mexicana”, señala la publicación.
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“El Presidente de México aplica políticas ruinosas por medios inadecuados. Nuestra portada en Latinoamérica esta semana argumenta que AMLO es un peligro para la democracia“, refiere The Economist sobre el “Falso Mesías”.
Para The Econonomist, López Obrador divide a los mexicanos en dos grupos: “el pueblo” (quienes lo apoyan) y la élite (los “fifís y conservadores”), a la que denuncia y califica como delincuentes y traidores a los que culpa de todos los problemas de México.



La publicación apunta que el mandatario insiste en que está construyendo una democracia más auténtica. “Es una criatura extraña. Convoca muchos votos, pero no siempre sobre temas que se resuelven mejor votando”, como referencia a sus famosas encuestas. Y esa historia ya la sabemos, la hemos visto en sus proyectos favoritos (el nuevo aeropuerto, las refinerías, el Tren Maya y más obras faraónicas de sus sexenio).
El Presidente AMLO elige una parte del electorado que sabe que lo apoyaran incondicionalmente. Cuando lo hace, declara que la gente ha hablado. Incluso ha pedido un referéndum nacional sobre si enjuiciar a cinco de los seis ex presidentes de México vivos por corrupción. Como truco para recordar a los votantes las deficiencias de regímenes anteriores, es ingenioso. También es una burla del estado de derecho.